LA DIGNIDAD HUMANA

Invoice Laguna
7 min readJun 24, 2021

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Etica Empresarial.
Juris Doctor. Ernesto Apolo Valenciana Martínez.

Las empresas u organizaciones son un conjunto de elementos que funcionan de manera interrelacionados por un fin común. O por lo menos eso es lo que queremos pensar y nos enseñan de manera repetida. Esto es una definición simple, visualizada desde el punto de vista bohémico y quizás desde las ramas administrativas.

Si definimos a las empresas desde el legal, las mimas serán entes legalmente constituidos, conforme la legislación mercantil o civil vigente y que requerirá un número de personas como mínimo para su constitución. Adicionalmente se deberán cumplir elementos y requisitos de forma y fondo, entre los cuales pudieran estar, o no, la elevación a escritura pública de su protocolo constitutivo, la inscripción ante la autoridad hacendaria y el registro en diversos padrones.

Si lo vemos desde el punto de vista económico, las organizaciones son entes que realizan actividadades con o sin fines de lucro con la finalidad de cumplir con su objeto social.

Desde el punto de vista contable una empresa es una entidad económica, con sustancia (de igual manera económica) y que realizan operaciones con terceros, mismas que deberán ser registradas en los libros correspondientes, atendiendo en todo momento lo indicado por las Normas de Información Financiera.

De igual manera nos pudieramos ir en cada una de las ramas de estudio para definir que es una empresa o una organización; pero si tomamos en cuenta una definición más robusta de la misma, pudieramos decir que es un ente legal (con personalidad jurídica propia), la cual tendrá su forma de organización (administrador único o consejo de administración), con la finalidad de realizar su objeto social (pudiendo tener fines de lucro o no). Para lo cual requerirá el apoyo de terceros (Clientes, proveedores, trabajadores y consultores), y teniendo como máxima finalidad el mejoramiento en todos los aspectos de las personas que estén involucradas en ella (socios, trabajadores, la sociedad en general, el Estado, etc.)

Como podemos ver y siendo esto una realidad en la actualidad, las empresas requieren de personal que laboren con ellos para la consecución de sus actividades; estos trabajadores tendrán diversas aptitudes, actitudes y habilidades que le permitirán desarrollar las actividades para las cuales fueron contratados y que el trabajo y su actuación fluyan para que la empresa pueda lograr sus objetivos de corto y largo plazo.

Derivado de ello y tomando en cuenta la evolución que ha tenido “el ambiente laboral” en las últimas décadas, nos podemos plantear la siguiente pregunta:

¿Hasta dónde debe darse libertad al trabajador, sin que esto afecte la productividad de una empresa?

Para responder a lo anterior debemos de analizar el tipo de empresa que se está planteando; dicho en otras palabras, si tomamos como ejemplo una empresa que se dedica a la creación, invención o desarrollo de nuevos productos o tecnologías, la libertad del trabajador debe ser ligeramente más holgada, es decir, se le deberá de otorgar el espacio, herramientas y el tiempo para su proceso creativo. Ahora bien, si tomamos en cuenta otra empresa, de la industria manufacturera y, más propiamente, maquila de prendas de vestir, tendremos a un trabajador que se dedicará a coser las citadas prendas, teniendo una cuota diaria (mínima) de producción. Al ser un trabajo repetitivo y continuo, el trabajador estará sometido a una “mayor” regulación tal como el lugar (físicamente) de trabajo, el cual no podrá ser cambiado (al tratarse usualmente de estaciones de servicio), el tiempo de trabajo, horarios de descanso o para tomar los alimentos, entre otros.

Por lo cual, la pregunta que nos hemos planteado resulta ser abismalmente muy amplia y teniendo demasiadas vertientes, por lo cual la respuesta será planteada en el siguiente sentido: la libertad del trabajador debe ser tal, que haga que él mismo se sienta cómodo, sin irrumpir con las libertades de sus compañeros o que entorpezcan el desarrollo normal y armónico de las actividades de la empresa o de terceros (de la sociedad). El empleado deberá tener la libertad de organizar su tiempo y esfuerzo para la búsqueda y cumplimiento de los objetivos que le han sido planteados y exigidos.

Para lo anterior, pudiera citar como ejemplo la situación de una empresa del corporativo al que asesoro, en el cual se cuenta con una empresa de marketing digital; donde los trabajadores cuentan con la libertad de creación de contenido (siempre y cuando sea ad hoc al giro del negocio) y del manejo de sus tiempos (de su tiempo de llegada, horario de comida o tiempo de salida); sin embargo en ocasiones se solicita la documentación audio visual (grabación de video) para los clientes, por lo cual las citas con el citado cliente se estipulan en horarios determinados, no pudiendo ellos elegir posponer, cambiar o faltar a ese compromiso. Por lo cual, si bien los trabajadores contarán con esa libertad en la mayoría de las ocasiones, cuando los valores institucionales, la credibilidad y seriedad con terceros (como se mencionó en este caso, con el cliente) y por la reputación misma de la empresa, en esas ocasiones se deberán acatar las órdenes (estrictas) y deberán seguir las diversas reglas de etiqueta que correspondan a cada una de las ocasiones.

Otra cosa que se debe tener en consideración como empresario, y esto se comenta a título personal, habiéndolo visto en múltiples ocasiones. El horario, salidas del lugar de trabajo o permisos, deben ser analizados de manera cuidadosa, permitiendo al trabajor el desarrollo de su vida personal; para explicarme mejor, citaré un ejemplo sencillo:

Todos los trámites que se pueden hacer ante instituciones gubernamentales, usualmente se realizan de manera presencial (i.e. el trámite del pasaporte) y en horarios que van de las 8:00 a.m. hasta las 15:00 horas. En ese lapso de tiempo, la gran mayoría de los trabajadores se encuentran laborando y les resultaría imposible el realizar ese trámite (y muchos más). Por lo cual, una correcta flexibilidad por parte del empresario y una responsabilidad al momento de solicitar los permisos por parte del trabajador, lograrán una mezcla adecuada para el correcto funcionamiento entre ambas partes.

Para concluir el razonamiento sobre esta pregunta, debemos entender que el empleado deberá tener criterio para analizar cada una de las ocasiones (y el empresario ser consciente de ello y otorgar esas libertades, pero a la vez indicar la expectativa a los trabajadores). Por lo cual, esa mezcla hará que el trabajador se sienta en confianza en su lugar de trabajo (sin dejar de lado su responsabilidad) y que pueda dar más de sí en sus actividades diarias.

Ahora bien, para concluir este primer análisis en materia de la dignidad humana en términos laborales y en el aspecto empresarial, debemos de visualizar otra cuestión:

¿Hasta dónde es justo, por parte de un empresario, el despido de uno o varios trabajadores sin que esto implique únicamente aspectos legales?

Para responder la pregunta anterior y quitando los efectos legales (lo cuál nos tomaría bastante el analizar el finiquito por despido con o sin justificación) debemos analizar en una primera circunstancia que las personas tienen derecho al trabajo, a un trabajo digno y a la seguridad en éste; por lo cual, por actos aleatorios o sin justificación no sería justo el hecho de realizar despidos individuales o colectivos, toda vez que se debe buscar la estabilidad laboral y el crecimiento personal y profesional de las personas.

Lo anterior debidamente fundamentado y sin tomar en consideración algún otro aspecto, como por ejemplo el concurso mercantil (la quiebra o bancarrota del negocio) donde por cuestiones mercantiles ya no es posible mantener los puestos de trabajo (eso incluye cierre de oficinas o locales, y todo aquello derivado por pérdidas económicas). De igual manera, debemos dejar de lado quizás actos de corrupción internas, mafias, desfalcos o cualesquier otra acción contraria a lo legalmente permitido, y que vaya en contra de los usos, costumbres o filosofía de las empresas.

En el mismo sentido, el patrón o la persona encargada de dirigir el negocio deberá crear un ambiente laboral digno, que le permita a los trabajadores desempeñarse de la mejor manera, en condiciones de higiene, con la posibilidad de ascender y obtener reconocimiento y que de manera continua y adecuada se provea de capacitación y adiestramiento, no sólo para sus funciones normales, sino incluyendo futuras tecnologías a ser implementadas o nuevas corrientes del pensamiento que se estén dando en la rama o actividad desempeñada.

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